Transhumantes inquietas de cultura
Nos despedimos de Totoras con el corazón contento y la energía recargada de verde rural para volver a las ciudades con el último empujón del viaje, esta vez una visita relámpago a Rosario. La despedida fue emotiva, acompañadas de Nano, Amelia y Seve quienes nos abrazaron mucho para irnos con calor cariñoso a la única provincia del país que tiene la ley ILE (interrupción legal del embarazo) aprobada.

El Hornerito es una granja-cooperativa que tiene cabras, vacas, gallinas, pollos y huerta “agroecológica”. Las comillas de agroecológica las explicaremos más adelante. Las personas que trabajan en el Hornerito se organizan de forma horizontal y luchan por un terreno que constantemente les amenazan con quitarles. A su vez, su consciencia respecto al trato animal es bastante amplia e intentan tenerlos en condiciones mucho mejores que las granjas industriales.
Ya instaladas en Totoras, saludamos a todes les caminantes de cuatro patas y contestamos los mensajes que nos quedaron pendientes después del largo viaje desde Río Cuarto. Enseguida nos vamos al proyecto de inserción laboral “Vivero inclusivo de Totoras” donde trabaja Nano junto con personas con diversidad funcional, con la idea de crear puestos de trabajo donde las personas se puedan sentir válidas y, al mismo tiempo, tengan un trato alejado de las lógicas empresariales en las que se trata a los y las trabajadoras como mercancía.
El jueves nos despertamos pronto y Walter nos recogió para ir hasta Concarán, el pueblo donde se ubica la CUPS (Cooperativa Unidos Para Siempre) para que nos contaran la historia de la fábrica y la situación actual por la que están pasando.
El martes nos fuimos de casa de Walter para instalarnos en el departamento del ADU, el cual está más céntrico y nos permite bastante más independencia a la hora de movernos.
Charla taller de sujetos saberes en contextos de desigualdad social
El jueves nos despertamos con el sol en la cara porque se nos hicieron las 11 de la mañana en la cama. Tan pronto nos levantamos nos pusimos manos a la obra con tareas internas: reformulación de calendario y establecer contactos con algunas personas. También estuvimos haciendo cuentas y escribiendo las crónicas.
Esta mañana nos despertamos prontito para acudir a la concentración por la Emergencia Alimentaria en Plaza Independencia de Mendoza. Las compañeras apuntan a la necesidad de declarar el estado de emergencia debido a la situación que sufre una importante parte de la población. Los alimentos frescos, la fruta y la carne, el pescado no entra en la dieta de las familias; la alimentación se basa en hidratos de carbono: pasta, pizza, pan, tortas. El aceite es un tesoro que se dosifica en la cocina.
¡Bienvenidas a Mendoza! Llegamos a las 9 de la mañana de un viaje nocturno en cama ejecutivo en el autobús que nos traía desde La Falda. Después de una intensa despedida llegamos a Mendoza con las legañas aún pegadas y con un humor no muy amigable. Para colmo, la terminal de buses de Mendoza ha sido remodelada y no dejan pasar a las personas para esperarte a la zona de llegadas. Por lo tanto, el encuentro con Paula y Eli fue costoso y "malhumoradamente", Eli y Bibi se pusieron a recorrer la estación hasta encontrarse entre la gente y los guardias de seguridad.
¡Se nos acumularon las noticias! Ya llegamos a Mendoza pero hoy les vamos a contar lo que pasó el fin de semana en Villa Giardino que vino movidito, movidito…
Un despertar en casas separadas nos hace sentir raras y con ganas de un pronto "arrejunte". ¡Y así lo hicimos! Desayunamos juntas en casa de Mika con ella y Romi. Estuvimos las cuatro al sol tomando mate y comiendo pan con miel para arrancar hacia las 11 para la Radio Panamericana de Huerta Grande. La Radio Panamericana forma parte de una cooperativa con productos alimentarios del lugar. Una vez allí conocimos a el compañero Lea Ross, con él hablamos para las ondas explicando que es eso de Baladre sus gentes y compas, también, y como no, la situación política actual en el Estado español y la dramática situación de la migración. Mientras tanto, el resfriado de Marilina no iba mejorando, pero las ganas de pasar tiempo con las compas no la dejaba quedarse en la cama.
Entre lametazos gatunos y algunos ladridos nos despertamos pronto en la mañana fría en La Huerta, un pueblito pegado a Villa Giardino, el catarro de Marilina amenaza con llevarla al colapso.
El lunes por la mañana nos despertamos pronto para hacer trabajo interno: había que arreglar las maletas, los libros y gestionar los viajes de los destinos siguientes. Pasamos la mañana en casa de Lichi, Nadia y Lucas, organizado cuestiones de gestión de viaje y realizando algunas tareas de autocuidado, nos cocinamos una comidita rica y nutritiva y descansamos un poco.
Con las sábanas aún pegadas salimos por la mañana hacia la Facultad de Economía de la UNC para llegar a las XII Jornadas de Economía Crítica y las I Jornadas de Economía Feminista. Este es el primer año que se configuran las jornadas en el formato de dos días (viernes y sábado) y que se realizan las jornadas de economía feminista, así que andábamos de estreno. Y hoy podemos decir que fue un éxito.