Alternativas al Divorcio entre Agroecología y una Agricultura Ecológica (convencionalizada)
Ángel Calle. Tiempos donde casi todo se tiñe de "verde". Pero la Agroecología, como nos enseñó el maestro Eduardo Sevilla, es un cambio social para un sistema alimentario que produzca de forma sostenible una nutrición adecuada.

El pasado miércoles 20 de septiembre nos dejó el amigo y compañero Eduardo Sevilla Guzmán. Nació en Madrid, pero su forma de entender, explicar y acompañar las prácticas agroecológicas lo hicieron ser mundial, latinoamericano de vocación vital, planetario y humanamente necesario.
Garazi Zabaleta
leisa-al.org
En los últimos años dentro de la Coordinación Baladre y alimentándonos de los que llamamos nuestras “relaciones con otras” hemos venido formulando preguntas en torno a nuestra alimentación. Desde
Esta declaración tiene varios objetivos. En primer lugar, ampliar y profundizar en el debate rural, agrario y alimentario para explicitar la raíz del problema: el sistema capitalista. Por otro lado, es necesario dimensionar la cantidad de colectivos y personas que compartimos lo que se expresa a continuación.
En los últimos meses hemos visto como nuestros vecinos y vecinas asumían un consumo de cercanía por imperativo logístico fruto de la situación COVID y cómo crecía la valoración del comercio y del producto local sostenible integralmente, frente a la caída del gran tejido de distribución de supermercado, poniéndose en valor la necesidad de acercar el tejido productivo a nuestras casas, mediante un consumo también crítico y transformador, responsable en la práctica y no solo en el marco teórico.
elsaltodiario.com

En pocas palabras ¡Sí se puede! 15-M RONDA.- Actualmente las ciudades se enfrentan a diversos retos vinculados con la alimentación y conectados entre sí. Por un lado, superar el estancamiento económico, aprovechando los recursos locales como generadores de riqueza social y empleo digno. Y por otro, recuperar y conservar las tierras agrarias urbanas y periurbanas, de cara a asegurar el abastecimiento de alimentos de cercanía y de calidad, y recuperar los servicios ambientales asociados a un territorio agrario vivo y bien conservado.
El Estado Español no aparece en los mapas del hambre. El norte civilizado refleja conjuntamente “América del Norte y Europa” en las estadísticas mundiales del informe SOFI con las que anualmente la FAO recuenta las millones de personas que no se alimentan adecuadamente. Sus cifras, en relación a las de África o Asia son infinitamente menores, por lo que no son países a destacar en la lucha contra el hambre y la malnutrición. Esto es porque, tal y como justifica la propia FAO, son países que cuentan ya con sistemas sociales que pueden garantizar un acceso a los alimentos. Se considera que en esos países existe la llamada “seguridad alimentaria” por lo que no es necesario llamar la atención sobre ellos.