15-M Serranía de Ronda. En Pocas Palabras.- En el Estado español se sacrifican anualmente 2,5 millones de animales (la inmensa mayoría, procedente de los cebaderos intensivos) para producir más de 650.000 toneladas de carne de ternera y ternero.
De los aproximadamente 20.000 cebaderos de bovino que hay en el estado, las macrogranjas de engorde (más de 1.000 animales) son solamente 483, pero en ellas encontramos un millón de animales, el 36,3 % del total, que se concentran en Cataluña, Aragón, Castilla-La Mancha y Castilla y León (31,9 %, 20,3 %, 14,5 % y 13,7 %), respectivamente. Si a las macrogranjas le sumamos las grandes granjas (entre 500 y 1000 animales), tenemos que el 57% de toda la carne de bovino producida en el estado sale de este tipo de mega instalaciones.
De granjas de vacuno de leche donde nacen los terneros/as hasta los centros de engorde, de granjas de vacas de carne a centro de engorde, de un centro de engorde a otro, etc., durante un año se contabilizan más de 2,5 millones de desplazamientos de animales por todo el territorio estatal. A ello hay que añadirle las importaciones de animales. Cada año entran prácticamente 1 millón de animales procedente de la UE (más de la mitad de Francia) para que sean engordados y sacrificados en el Estado español.
Un ejemplo paradigmático de cómo funciona este tipo de producción es la Región de Murcia. En Murcia se engordan casi 100.000 terneros/as, y es la cuarta autonomía estatal en número de animales. Estos llegan a la región procedentes, principalmente, de la cornisa cantábrica, Andalucía y de países de la UE (básicamente Francia, Irlanda y Alemania). Una vez en tierra, se engordan hasta llegar al peso de sacrificio. Entonces los animales se cargan en camiones y se van a los mataderos de Valencia. Luego esa carne se vende a países como Libia, Líbano, Turquía, Argelia y Marruecos (un 30 % del total). De hecho, la mitad de los ingresos estatales por exportaciones de carne bovina provienen de Murcia.
Uno de los principales cebaderos del Estado es el Grupo Miguel Vergara. Se trata de la empresa española con la mayor cabaña propia de razas seleccionadas del estado. En sus instalaciones anualmente se crían 30.000 animales y se procesan más de 16.000 toneladas de carne de vacuno. Allí se extiende, en más de 500.000 m², el macro cebadero más grande de España y uno de los más amplios de Europa. En él se engordan 14.000 animales. La corporación comercializa más de 10 millones de kilogramos de carne de vacuno al año. El 70 % de las ventas corresponden a los acuerdos alcanzados con los supermercados Carrefour, El Corte Inglés, Alcampo, Ahorramás o Grupo DIA, entre otras grandes cadenas de distribución.
Partiendo de la cantidad media de emisiones asociadas a cada kg de carne bovina, podemos asignar al Grupo una cantidad de 52.000 toneladas de CO2 equivalentes, lo que es lo mismo que las emisiones diarias, en promedio, de 152 millones de coches; es lo mismo que emite, durante el año, toda la flota de camiones de la principal exportadora de fruta y verdura del Estado llevando sus productos a Centroeuropa.
Tomando los datos de coste social por tonelada de emisión calculado por la OCDE, el coste social climático asociado al Grupo Miguel Vergara sería de 20,8 millones de euros. Eso es prácticamente la mitad de su facturación anual (45,6 millones). El estiércol que proviene de la ganadería genera más de 10 millones de toneladas de CO2 equivalentes, esto es 10 veces más que los invernaderos y más de 4 veces las emisiones de la fabricación de pesticidas. ¿El problema es el estiércol de las pequeñas ganaderías? No, es la masiva producción industrial de carne porcina.
Pero la gran fuente de emisiones, no solamente de la ganadería, sino de todo el sistema alimentario, y una de las principales a nivel global, es la producción de piensos. Los piensos para la ganadería industrial emiten prácticamente lo mismo que toda la industria energética, el doble que el resto del sector industrial (excluido el energético), tres veces más que lo que generan todos los residuos en el Estado, 12 veces las emisiones del transporte aéreo, el doble de la emisión del transporte en camiones por carretera y el 80 % de las emisiones anuales de los turismos en el Estado.