El sistema eléctrico español es insostenible

En pocas palabras. Una tierra que agoniza. 15-M RONDA.-El Observatorio de la Sostenibilidad ha realizado un informe en el que apunta que las principales empresas eléctricas españolas duplican en beneficios a las europeas, entre otras cosas porque pagamos los precios más altos de Europa, y, a la vez, son las empresas que más dióxido de carbono (CO2) emiten. Por otro lado, las instalaciones de producción de energía, industria del petróleo, producción de cemento, industria química, industria cerámica y otras instalaciones industriales, emitieron durante el año 2017 un total de 136 millones de toneladas de CO2, lo que supone un 10% más que en 2016. Si se añade el sector de la aviación (que se tiene en cuenta desde el año 2012 en el mercado de emisiones), esa cantidad sube hasta los 141 millones de CO2.

Endesa fue creada en 1944 y tuvo un papel fundamental en la reconstrucción económica y la electrificación del país durante la dictadura de Franco. La privatización de la que, por entonces, era la mayor empresa pública española comenzó con el gobierno socialista de Felipe González, que sacó a bolsa un 25% del capital en 1988. El Partido Popular del presidente José María Aznar completó la privatización entre los años 1997 y 1998. Entonces, Endesa ya había empezado a invertir miles de millones en América Latina.

Endesa es el miembro principal de la patronal eléctrica Unesa. A finales de 2016 (dato más reciente disponible), la empresa tenía 9.694 personas en plantilla, algo más de un tercio de los 24.700 trabajadores que llegó a tener en 2010, antes de su venta a la italiana Enel. Por otro lado, Endesa ha llevado a cabo el mayor reparto de dividendos, a sus casi 200.000 accionistas, que se recuerda en España.

Alrededor de un centenar de compañías del sector energético son propiedad de Endesa. Su actual presidente es Borja Prado Eulate, quien también preside el Club Español de la Energía, el mayor lobby energético de España. Las principales fuentes de Endesa son el carbón (40,2% de la electricidad producida), la energía nuclear (37,1%), el gas natural (10,6%) y la hidroeléctrica (10,3%).

El carbón, cuya combustión es la fuente de electricidad más usada a nivel mundial, es el combustible fósil que más contribuye al cambio climático, al producir, con mucha diferencia, más emisiones de CO2 que otros combustibles fósiles como el gas o el petróleo.

Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en España no dejan de crecer, con Endesa a la cabeza de este macabro ranking. Según datos del Observatorio de la Sostenibilidad, en 2017 la compañía energética fue la empresa más contaminante del país al lanzar a la atmósfera 4,46 millones de toneladas más que el año anterior, lo que implica un incremento del 15%.

¿Es el carbón malo para la salud? La polución producida por la quema de carbón supone, cada año, 700 muertes prematuras en España, según el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente. También se puede relacionar con los 10.521 casos de asma y 1.233 casos de bronquitis en un año en la población infantil, además de costes sanitarios asociados de 1,14 millones de euros.

Hay estudios que indican que “en los próximos años habrá un incremento drástico y mortal de la resistencia a antibióticos”. Esta es la primera vez que se relaciona esta tendencia, calificada como una de las amenazas más graves para la salud pública global por la Organización Mundial de la Salud, que está relacionada con el aumento de las temperaturas. Las perspectivas futuras podrían ser significativamente peores de lo esperado.

Europa tiene un compromiso de descarbonización completa del sistema eléctrico para 2050 y la mayoría de los países europeos tienen un calendario de cierre de las plantas de carbón. Holanda acaba de confirmar el cierre de todas sus centrales que se producirá en el 2030. En el caso de España, el 1 de enero de 2019 se cerrarán las minas de carbón que no puedan subsistir sin ayudas públicas, según establece la Unión Europea, lo cual significa que cerrarán todas.

Evitar que el calentamiento global pase de 1,5ºC sobre niveles preindustriales no solo evitaría las peores consecuencias del cambio climático: también nos ahorraría mucho dinero. Hasta 30 billones de dólares (unos 25 billones de euros), según un análisis publicado por la revista Nature. Según el estudio, hasta el 90% de la humanidad se vería beneficiado económicamente si se cumplen los objetivos más ambiciosos del Acuerdo de París, incluyendo tanto a los países más pobres como a las mayores economías del mundo. Aquellos países que no apuesten por la economía verde vivirán en un futuro gris, al día de hoy, el sistema eléctrico español es insostenible.

 

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