Bienestar público antes que beneficio privado

Bienestar público antes que beneficio privado15-M RONDA. EN POCAS PALABRAS.- Un “tsunami de pobreza” puede arrasar a millones de personas. Las estimaciones apuntan al primer aumento de la pobreza mundial desde los años noventa a causa de la crisis del coronavirus. A principios de abril de este año, el Instituto Mundial de Investigaciones de Economía del Desarrollo de las Naciones Unidas publicó el análisis de un grupo de investigadores que estimaron las posibles consecuencias a corto plazo de la crisis del coronavirus en las personas empobrecidas, que puede aumentar en hasta 500 millones, alrededor del 8% de la población humana mundial. Esto podría significar un retroceso de una década en la lucha contra la pobreza y, en algunos casos, de hasta de 30 años.

Según los datos más recientes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), dos mil millones de personas trabajan en la economía sumergida, con lo cual no tienen acceso a bajas remuneradas por enfermedad. Esta economía supone el 90% del total del empleo en los países en desarrollo (de renta baja), el 67% en los países emergentes (de renta media-baja y media-alta), y el 18% en los países desarrollados (de renta alta). Es casi la mitad de la fuerza laboral mundial.

La OIT prevé una pérdida de ingresos “masiva” para este colectivo, con una disminución del 60% mundial durante el primer mes de la crisis. En América Latina el descenso es más acentuado, del 81%. En la región hay al menos 140 millones de personas trabajando en la economía sumergida, es decir, en un empleo que no está registrado, regulado o protegido.

La destrucción de empleo había comenzado antes incluso de la puesta en marcha de las medidas de confinamiento. Al inicio de la pandemia, la OIT estimaba que se destruirían 25 millones de empleos en todo el mundo, más que durante la crisis económica de 2008. No obstante, es probable que esta cifra se quede bastante corta, ya que los expertos dicen ahora que podrían destruirse hasta 37 millones de puestos de trabajo tan solo en Estados Unidos. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo calcula que en África podrían destruirse casi la mitad de los empleos. Las previsiones indican que, a nivel global, las trabajadoras y trabajadores podrían sufrir una pérdida de ingresos de hasta 3,4 billones de dólares.

Estas cifras no captan realmente el alcance de la profunda y duradera inseguridad económica que experimentan las personas pobres y de bajos ingresos en todo el mundo”, indica Philip Alston, relator saliente sobre extrema pobreza de Naciones Unidas. “La vida de cientos de millones de personas se ha visto trastornada, y en muchos casos destrozada, no solo por la pandemia sino porque nuestras sociedades no hicieron ningún esfuerzo durante los tiempos de auge económico de los últimos años para establecer planes significativos de ingresos mínimos. Y en muchos casos no se hizo nada para garantizar el acceso a la atención sanitaria más básica, excepto para los más adinerados”.

Desde que comenzara la pandemia, los inversores ya han retirado de los mercados emergentes capital por valor de 83.000 millones de dólares (76.308 millones de €), en lo que se ha convertido en la mayor fuga de capitales jamás registrada (FMI).

Un total de 20 expertos, entre los que destacan cuatro ganadores del premio Nobel y siete economistas principales del Banco Mundial y otros bancos de desarrollo, han escrito a los líderes del G20 para advertirles de los "inimaginables impactos sociales y para la salud" de esta crisis, y han instado a la "movilización de billones de dólares"16, para detener la pandemia e impedir el colapso económico mundial, ya que 4.000 millones de personas carecen de acceso a protección social de cualquier tipo, y son las más afectadas por la actual crisis (OIT).

Los súper ricos ocultan a las autoridades tributarias al menos 7,6 billones de dólares, eludiendo el pago de aproximadamente 200.000 millones de dólares en concepto de impuestos.118 Mientras a millones de personas refugiadas se les deniega el acceso a un lugar seguro, los más ricos pueden “adquirir” la nacionalidad de varios países gracias a su fortuna, tributando a tipos impositivos reducidos y con un escaso control sobre su patrimonio.119 Hemos de asegurar un bienestar público, antes que unos beneficios privados. Las decisiones que tomemos ahora tendrán profundas repercusiones en nuestro futuro colectivo de la humanidad y del planeta Tierra.

Galería de imágenes, haz clic sobre la imágen: 
Bienestar público antes que beneficio privado
Bienestar público antes que beneficio privado
Bienestar público antes que beneficio privado
Bienestar público antes que beneficio privado
Bienestar público antes que beneficio privado
Bienestar público antes que beneficio privado

Etiquetas: