Barrios olvidados, espacios sin derechos humanos

Calle Federico Mayo Gayarre. Barrio de Los Pajaritos. Sevilla. Autor: CarlosVdeHabsburgo. Wikimedia Commons 15-M Ronda. En pocas palabras.- Andalucía sigue liderando las encuestas de población en riesgo de pobreza de todo el Estado español, así, 3,2 millones de personas de la población andaluza se encuentra en riesgo de pobreza y/o exclusión social, lo que supone un 37,5 % del total de habitantes de la comunidad. Además, los municipios con menor renta per cápita del Estado español están en Andalucía, y los quince barrios más pobres de todo el Estado español, diez están en territorio andaluz, en tres capitales andaluzas, Sevilla, Córdoba y Málaga.

Esta realidad es una forma de violencia institucional, por cuanto impone y condena a un número muy elevado de personas a vivir en condiciones de inseguridad y miedo, convirtiendo, en papel mojado, el artículo 25 de la declaración universal de los derechos humanos, "Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure la salud y el bienestar, la alimentación, la vivienda, los servicios sociales necesarios y los seguros en caso de desempleo".

El informe del INE señala que la renta media per cápita por persona de Andalucía, en el año 2023, era de 17.295 euros, un 16% inferior a la media nacional, situada en 20.676 euros, la tercera por la cola en el ranking nacional en términos de renta individual. Según el ODA, los barrios de Los Pajaritos y Polígono Sur, ambos en Sevilla, tenían 6.719 y 6.747 euros al año de renta per cápita, (-32%)y (-33%) a la media estatal.

Andalucía está a la cabeza de la pobreza entre las CCAA de España (Informe 12º, Estado de la Pobreza en España, Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030) casi triplicando las tasas de Navarra o el País Vasco (Tasa Arope 2021) y situando a la región al nivel de los países más pobres de Europa como Rumanía o Bulgaria en 2021

Uno de cada dos niños y niñas en Andalucía —el 46,8%— sufre pobreza infantil, esto es, más de 590.000 menores son pobres. El 16,2% de las niñas y niños, viven en situación de pobreza severa. Hasta el punto de que el 13,3% "no puede permitirse comer proteínas —carne o pescado— dos veces por semana". El 24% de los menores andaluces vive en hogares que no pueden garantizar una temperatura adecuada.

El último informe del Centro Común de Investigación, dependiente de la Comisión Europea, sitúa a España en el segundo peor puesto en reducción de la tasa de riesgo de pobreza infantil por parte del sector público. Prácticamente, está empatado con el peor, Portugal. "El Estado español provee relativamente pocas ayudas directas a la infancia", señala el estudio. Además, la pobreza, en cuatro de cada cinco casos, se hereda.

También, la desigualdad y la pobreza tienen en Andalucía rostro de mujer. La tasa de desempleo femenina es cinco puntos superiores a la masculina y más de la mitad de los hogares monomarentales, el 57,6%, están en situación de pobreza. En la comunidad andaluza "aumenta la exclusión, la pobreza y la precariedad", y como consecuencia de ello, se está produciendo un grave retroceso en materia de derechos humanos.

El Informe Pobreza Sur 2024, de la Asociación Pro-Derechos Humanos de Andalucía, tiene como objetivo visibilizar la realidad de unos barrios olvidados, ignorados y vulnerables. La pobreza también se ubica, se territorializa como, por ejemplo, en Los Pajaritos, Tres Barrios, El Vacie, Polígono Sur, Guadalquivir, Las Palmeras, Sector Sur, Los Almendros, el Polígono del Valle o Torreblanca. El lugar en el que se nace y se vive va a condicionar las oportunidades de futuro y el desarrollo de los derechos políticos, sociales y económicos de las personas, el territorio puede ser una fuente de discriminación.

La causa última de la Pobreza es la desigualdad, la no redistribución de la riqueza, de los recursos de todo tipo (vivienda, sanidad, educación, servicios sociales, empleo, formación, ingresos…).

Una de las "consecuencias" del aumento de la pobreza y la exclusión en la comunidad andaluza es el actual modelo productivo, basado en el monocultivo del turismo y en la precariedad laboral. En la actualidad, tener un trabajo, incluso aunque este sea estable, no garantiza no ser pobre.

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