Banco malo, nos mintieron y nos estafaron

viñetaEn Pocas Palabras. 15M Ronda.- Nos dijeron no iba a costar “ni un euro” a los ciudadanos, aseguraba la exvicepresidenta del Gobierno del PP, Soraya Sáez de Santamaría, y el responsable económico, Luís de Guindos, mantenía que “no hubo rescate” sino “una línea financiera preferente de Europa” que iba a ser devuelta “sin coste alguno” para el contribuyente.

Sin embargo, Eurostat obligó en marzo al Estado español a sumar 35.000 millones de deuda pública y más de 10.000 millones de déficit por el patrimonio negativo del banco malo. Mientras, banqueros, políticos y técnicos que han ido pasando por su consejo de administración se han repartido 37 millones de euros en remuneraciones, según datos de la propia compañía. A esta cantidad hay que añadir los 42.561 millones que ya tiene calculado el Banco de España que ha costado el rescate financiero, lo que supone un total de 87.561 millones de €.

El coste económico y social del banco malo ha supuesto 35.000 millones de euros, que se ha incrementado a la deuda española. Para ver la dimensión de lo que supone esta cantidad, basta decir que ese dinero sería suficiente para alcanzar el pleno empleo durante un año. Esa cantidad permitiría pagar el salario mínimo de 2,6 millones de personas durante doce meses, lo que equivale al 83% de los parados que hay en España.

Sareb, esto es, el banco malo, fue creado en el marco del rescate de las entidades financieras españolas. Luís de Guindo presentó, en el año 2012, un plan de negocio que recogía beneficios anuales del 13%. Este plan de negocio era absolutamente ficticio, pero contó con el beneplácito de la Unión Europea, que estaba igualmente interesada en la creación del banco malo.

La finalidad del banco malo era comprar los activos inmobiliarios de las cajas de ahorro y de los bancos privados que habían quebrado tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. En el fondo, el banco malo, no es más que una gran inmobiliaria pública que se está privatizando a pedazos.

El banco malo fue constituido con un capital de 4.800 millones de euros. De estos, el 45% fueron aportados por el Estado a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria. El 55% restante fue aportado por las entidades financieras Santander, CaixaBank y Banco de Sabadell. Hasta 2018, el banco malo había pagado a estas entidades 1.111 millones de euros en concepto de comisiones por la gestión y por la comercialización de sus activos.

El banco malo compró una serie de bienes inmobiliarios cuyo valor contable era de 107.000 millones de euros, que incluían solares, viviendas y, sobre todo, créditos a promotores inmobiliarios. El 80% de los bienes que compró el banco malo eran créditos a promotores que habían quebrado y, por este motivo, no podían pagar sus deudas. Los créditos estaban respaldados por garantías que eran pisos o solares.

El banco malo manifestó que había adquirido 500.000 viviendas en el año 2012. Esta cifra incluye las viviendas que eran garantías de préstamos. Estos bienes estaban formados por 100.000 inmuebles, 400.000 inmuebles en garantía y unos 70.000 préstamos, según manifestaba la propia Sareb en el año 2015.

El banco malo pagó 50.781 millones de euros, de los 107.000 millones de euros del total del montante de la operación. Sin embargo, parte de estos bienes estaban muy devaluados. Este era el caso de los créditos sin garantía a promotores o los terrenos en suelos no urbanizados. Pero, ¿cómo con un capital de solamente 4.800 millones de euros, el banco malo pudo pagar 50.781 millones de euros a las entidades financieras? Porque recibió un préstamo de la Unión Europea de 51.000 millones de euros.

El patrimonio del banco malo, era enorme. Estaba formado por unas 500.000 viviendas según declaró la propia entidad. Sin embargo, el Estado no iba a utilizarlas con fines públicos, a pesar de las grandes carencias de vivienda que hay en España. La Unión Europea, el Estado y el sector financiero crearon alrededor del banco malo un entramado legal que les permitiese privatizar los bienes adquiridos en el rescate bancario sin interferencias sociales, periodísticas o judiciales. (Toda esta información son extractos del libro Tocar fondo. La mano invisible detrás de la subida del alquiler de Gabarre).

Qué razón llevaba Bertolt Brecht, dramaturgo y poeta alemán, cuando dijo que “Robar un banco es un delito, pero más delito es fundarlo.”

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