
Quienes viven para lucrarse con el expolio de la dignidad de otros y con esa contaminación de la que siempre hablaba Mariano nunca estarán rodeados de tanta riqueza en momentos tan dolorosos.
Sin ti la revolución será más difícil, pero nos empeñaremos más en ella si cabe. “Tu muerte nos ha preparado mejor para el colapso”, decía Luis, cada vez más seguras de que esta forma de luchar, de compartir, merece la pena. Así terminaba el homenaje que hicimos hace unos días a nuestro amigo Mariano en la puerta del tanatorio. Su madre fue la que mejor nos lo explicó al día siguiente en su entierro a unas cuantas personas que nos acercamos a saludarla. “Vuestra fe es diferente a la mía pero lo importante es tener fe”, nos dijo. Y continuó contándonos que nuestra fe era juntarnos para cambiar las cosas, hacer red. Pensamos: “qué listo nuestro Mariano, seguro que también había hablado de la fe con su madre”.