Raúl Zibechi Periodista.- La masiva presencia de militares en las calles de Rio de Janeiro durante los Juegos Olímpicos, es apenas un revelador de una tendencia mucho más profunda que atraviesa a la sociedad brasileña.
Según datos oficiales 68.000 agentes de seguridad custodian Rio de Janeiro, a razón de siete militares por atleta (participan 10.500 deportistas), además de 20.000 en otras ciudades, aeropuertos, fronteras y terminales de autobuses. La cifra total duplica la de las Olimpiadas de Londres aunque no alcanza a las de Beijiing 2008, donde hubo 110.000 militares movilizados. A esas cifras monstruosas hay que sumar 12 embarcaciones de gran tamaño, 50 medianas y pequeñas y 28 helicópteros.