Este sueño compartido que habitamos, que es La Casa, cumple nueve años manteniendo resistencias, construyendo dignidad colectiva desde el apoyo mutuo y la certeza de que otro mundo más justo y libre es posible y necesario. Las personas culpables de mantener nuestros sueños vivos son incontables, así como las organizaciones y colectivos que laten dentro de estas paredes y que se extienden a lo largo de nuestro país canario y fuera de nuestras fronteras, en muchas partes del mundo donde también sienten como propias nuestras luchas. A todas ellas GRACIAS CON MAYÚSCULAS.

Esta mañana se ha realizado una concentración ante el ambulatorio central de Barakaldo para denunciar qué los continuos recortes en sanidad y prestaciones sociales condenan a sectores cada vez más amplios al abandono y la pobreza.