Sobremesa entre pinos e ideas

imagenDeliras.- La llegada a Raso de la Nava, en Covaleda, nos sorprendió con un arco de triunfo ante una gran explanada con una capilla al fondo, y es que este espacio de altos pinos albergo y alberga durante años a campamentos de la Falange Española.

Este terreno comunal se mantuvo en cesión a esta organización hasta hace unos años, y ahora es gestionado por el ayuntamiento. No obstante, en enero de este mismo año una brigada del ejército de tierra realizó sus maniobras en este precioso paraje. También se organizan campamentos infantiles, con un gran número de participantes, por parte de la Falange. Cada año, simpatizantes y componentes de esta banda visitan el lugar y colocan una piedra que asemeja a un menhir lleno de inscripciones y dibujos de su gusto. La última de estas estaba fechada en 2017.

Las que sabemos un poco sobre esta negra historia no queríamos pasar por alto la usurpación de este precioso espacio natural hasta fechas tan avanzadas.

Pero ahora, saltemos en el tiempo. Saquemos la sonrisa y vayamos a la Sobremesa. Un aire renovado de personas y colectivos intercambiando herramientas, estrategias, formación, dando prioridad a la escucha, desde el debate, sin necesidad de llegar a conclusiones.

Las crisis que nos atraviesan a todas en nuestras diferentes luchas son una única crisis; la incompatibilidad del sistema capitalista con la vida. Con esta visión, iniciamos una semana donde la palabra “colapso” permaneció como una nube negra sobre nosotras. El menú de talleres y charlas fue variado y a lo ya organizado fueron sumándose nuevas reuniones. Como en un rizoma, todo nacía desde necesidad de ahondar en temas, grupos y afinidades en el territorio, que podían abrir nuevas posibilidades. Varias baladrinas dimos buena cuenta de nuevas miradas, asistiendo a los grupos raíz para poder enriquecer el encuentro y participar en los trabajos básicos.

Durante el miércoles y jueves, a un taller por día, compartimos la herramienta de la Renta Básica de las Iguales y Feminismos. Despertó interés la propuesta de la RBIs y la fusión con el feminismo generando preguntas dentro y fuera de los talleres. La conclusión en los grupos de trabajo fue unánime: “lo que queremos es tiempo”. No queremos que el sistema capitalista nos robe la vida y marque nuestro futuro. El trabajo nos ha hecho colapsar a muchas de nosotras.

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Día a día, entre la autogestión, puestas en común y una gran granizada, llegó el momento de Las luchas del pueblo Mapuche. La disposición a la escucha llenaba la sala tanto como las personas que acudieron, que fueron muchas. La historia de como comenzó y se sigue arrasando a los pueblos originarios y en concreto a pueblo Mapuche paso por los cuerpos de todas. Regresar a la cultura de cuidar la naturaleza y la sabiduría ancestral de muchos pueblos y personas forma parte de la reacción contra el colapso.

Tras los anteriores talleres sobre la RBIs y feminismos, de la misma temática sobre las luchas contra la precariedad y la exclusión social, las compañeras de Asdecoba compartieron en una charla su recorrido de acogida en un espacio comunitario y el por qué de la ligazón entre rural-cárcel- barrio exclusión. Quizá esta charla planteó una manera diferente de ver a las personas en su proceso de “pobre a presa”, o quizá el interés fue más por el proyecto que por la proyección del mismo.

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Se nos escapaba la semana, ya estábamos a sábado, unas baladrinas vinieron y se fueron, otras han volado hoy y otras han llegado para la presentación del libro “Que comen las que malcomen” y contarnos que el sabor de la comida no es su sabor sino que esta adulterado, que lo que comemos tiene reacción directa en nuestra salud y en el medio ambiente, que no es alimento lo que se ofrece en los comedores sociales ni en algunos escolares o de residencias. Quedó claro que a las precarizadas, a las pobres, no hay interés por alimentarlas, sino de que su comida forme parte de la cadena capitalista.

Con esta presentación terminábamos nuestra acción pública, y fue cuando nos enteramos que las compas de La Porvenir convocaban una reunión para poner sobre la mesa “Maneras de dejar el trabajo. Dar el salto”, nos era imposible no asistir para escuchar herramientas de ellas, de otras, explicar la RBIs. El miedo a dejar el empleo, la necesidad de dedicar la vida a lo que deseas, el empleo que nos enferma.

Entre tanto toda la semana compartiendo espacios y tejiendo redes que van buscando maneras diferentes de deshacer el nudo gordiano en el que estamos inmersas. Regresamos sabiendo que este paréntesis dentro de la realidad nos ha dado oxigeno para una buena temporada.

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