Durante los días 17, 18 y 19 de septiembre de 2021 tuvo lugar en Artea (BIZKAIA) la Escuela Ramón Fernández Durán, en las instalaciones de la experiencia Basoa (bosque en euskera), cuyos objetivos principales son la solidaridad con inmigrantes, apoyo a las defensoras de los derechos humanos.

Participamos unas 70 personas, pertenecientes a Ecologistas en Acción, Baladre, CGT y de las experiencias presentes en esta Escuela: Asamblea Canaria por el reparto de la riqueza, Beleño, la Porvenir, la Villana de Vallekas y el movimiento en defensa de las pensiones públicas (COESPE).

Tienen una casa de solidaridad comunitaria y albergues y comedores de comida vegetariana que producen en sus propios huertos en el marco de un proyecto autogestionario.

Afrontan dos retos principales: luchar contra la mercantilización de todas las cosas y la construcción de un movimiento de transformación.

Hablaron del proyecto el viernes 17 y dos personas explicaron su lucha en Honduras y en Euskal Herria.

La hondureña es defensora de los derechos humanos en su país y ha tenido que luchar por defender su propia vida y la de sus compas: “la sangre de las asesinadas pide justicia”. “Los derechos se exigen y es necesario armar una buena cadena de resistencia”. “No hay soberanía ni independencia sin lucha”. “Tenemos que ser buenos seres humanos”.

Por otro lado, se explicó la lucha de las vascas, porque mucha gente ha caído en el consumismo. Hay que crear redes de apoyo aplicando el autocuidado para crear semillas de libertad. Aspiran a que Euskal Herria llegue a ser un espacio fuera del Estado y del mercado.

Después Manolo de Baladre hizo un recorrido por todas las luchas que desembocaron en espacios de relación entre Ecologistas en Acción, Baladre y CGT, desde las luchas contra el Banco Mundial, pasando por la Marcha contra la Europa del Capital y el Movimiento AntiMaastrich, hasta llegar a los Tintos de Verano y, posteriormente, las Escuelas como espacios de formación y reflexión.

Por último, hablamos y reflexionamos sobre el papel principal y fundamental de Ramón en todo este proceso desde su trabajo en el marco de la Ecología Política.

El día 18 se explicó que estrategias habían seguido cada una de las organizaciones: Ecologistas en Acción, Baladre y CGT, así como las experiencias participantes, para poder compararlas y aprender de ellas.

Isa de Baladre nos explicó la metodología a seguir en los grupos de trabajo. Se formaron cuatro grupos. Los miembros de los grupos serían los mismos a lo largo de los días 18 y 19: por la mañana se habló de las experiencias y su problemática y, por la tarde se expusieron las actividades desarrolladas durante la pandemia por las tres organizaciones convocantes.

Las conclusiones de las experiencias se plasmaron en unos papelógrafos y luego se expusieron en la asamblea (están en la página web de la Escuela)

La estructura de los grupos fue la siguiente: diferencias entre las experiencias locales y las organizaciones convocantes; coincidencias; ¿qué mejorar?; ¿qué sobra?; ¿quiénes faltan?; estrategias y prácticas.

Ecologistas en Acción

Desaparecieron la movilización y las acciones en la calle debido a la pandemia. Se continuaron las actividades y charlas de formación en línea y la presión ante las administraciones.

Se iniciaron campañas nuevas: banco de alimentos; “la mejor vacuna”; la situación de crisis y la vulnerabilidad del sistema; ¿cómo aprovechar la situación de colapso?; la lucha contra la emergencia climática; campaña de biodiversidad y ecologismo y mundo laboral.

Actualmente existe un debate sobre las estructuras de la organización.

Baladre

Nace en la crisis de los 80. No funcionan como estructura. Actúan en el ámbito local. Tienen encuentros periódicos. Realizan actividades de información y denuncia. Se basan en el apoyo mutuo y los cuidados. Denuncias a través de Radio Pimienta. Campaña por una renta básica de las iguales. Son un espacio contra las desigualdades sociales. Lucha por la soberanía alimentaria.

CGT

Es un sindicato anarquista, de clase, internacionalista y ecofeminista, basado en los principios de solidaridad, apoyo mutuo y autogestión, como meta a conseguir.

El reto más importante, durante esta pandemia, que todavía continúa, ha sido intentar organizarse en los lugares de trabajo y en la lucha en las calles. Hacerse oír en la defensa de los derechos sindicales, laborales y sociales, a pesar de las restricciones que acompañaron al confinamiento. Tuvimos que actuar a la defensiva porque la COVID nos cogió por sorpresa.

Las prioridades han sido velar para que se cumplieran los derechos laborales y sindicales; desarrollar en línea una estrategia de formación y concienciación; la defensa de los servicios públicos; derogación de las reformas laborales y de la pensiones; lucha por la igualdad de derechos, contra la discriminación de género, contra la pobreza energética y las desigualdades y contra la emergencia climática.

Trabajamos con otros sindicatos combativos, trabajadoras precarias, feministas, inmigrantes, con Ecologistas en Acción, Baladre, Sindicato de Inquilinas, Plataforma Antideshaucios (PHA), COESPE, etc..

Todavía nos queda un largo camino en la concienciación de la lucha contra el capitalismo y sus consecuencias, así como en la elaboración de una estrategia de decrecimiento activo y en la continuación de la construcción de alianzas.

El día 19 trabajamos en la elaboración de unas conclusiones generales en el marco del colapso que ya está aquí:

• Colocar la vida en el centro.
• Construir comunidad desde la autogestión, el apoyo mutuo y los cuidados.
• Dar importancia a la construcción de proyectos concretos.
• Desarrollar las capacidades colectivas que se van a necesitar cada vez más.
• Confrontar con el sistema.
• Crear redes de afecto.
• Promover espacios comunes.
• Gestionar colectivamente todo lo relativo a la salud mental.
• Promocionar la educación crítica.
• Prepararnos para los cambios.
• Potenciar la acción directa y la lucha en las calles.
• Consolidar los procesos colectivos.