esparragosytagarninas.- Resumen de la explicación de Turiel al apagón: «el problema fundamental ha sido que las empresas han primado sus ganancias a la estabilidad del sistema. Al tiempo, que el regulador no haya podido obligarlas, por la razón que sea, a que estuvieran disponibles. Esto pone en contexto las recientes declaraciones de Pedro Sánchez, apuntando contra los operadores del sistema eléctrico.»
El capitalismo español están en manos de «operadores privados». Como todos, me diréis. Sí, pero unos más que otros.
Aquí el poder acumulado por grandes empresas de capital privado, con participación cada vez mayor de capital foráneo, es enorme. Tanto que estamos en sus manos. La soberanía, la capacidad política de tomar de decisiones, está en manos de gente que no es elegida.
Esos agentes privados, esas empresas del oligopolio eléctrico, donde «trabajan» expresidentes del Gobierno y numerosos exministros (de «izquierdas» y de «derechas»), controlan un sector estratégico gracias al poder político que lo privatizó y que permite que lleven décadas anteponiendo sus intereses a los de la gente (como desgraciadamente pueden testificar la gente de los barrios populares de Sevilla; vean documental «A dos velas»). Al igual que ocurre en otros sectores del que depende el resto, de ahí lo de estratégico: financiero, energéticas, telecomunicaciones, defensa, infraestructuras, etc.
El apagón nos va a servir para medir los diferentes poderes. Veremos hasta dónde el poder elegido en las urnas, el Gobierno español, puede tomar medidas que afecten al poder basado en la acumulación beneficios monetarios, los «agentes privados», en gran medida gracias a regulaciones del Gobierno.