“Aunque el escenario sea hostil el potencial está y nuevas expresiones las habrá”

fotorevolucionpermanente.es.- El próximo 17 de enero Diego Lores, activista significado de la Asamblea Abierta de Coia, va a ser juzgado por un supuesto delito de agresión a un policía municipal, cuando uno de los tantos "despexos" de la oposición vecinal acabó con uno de los agentes por tierra. La acusación personal pide una pena de 3 años de prisión y 30.000 Euros en concepto de responsabilidad civil, sin otro argumento que la impunidad que otorga su único testimonio.

Está en la naturaleza de la rotonda facilitar la fluidez del tránsito rodado en determinadas intersecciones sin necesidad de semáforos, al tiempo que moderar la velocidad. Con todo, en ocasiones excepcionales una rotonda puede ser, también, un lugar acaído para que un mundo de gentes se encuentren alrededor de una causa común. Acaso la razón habría que buscarla en la megalomanía efermiza del alcalde de Vigo, en sus maneras despóticas o en una gestión de la cosa pública escasamente democrática. Pero sobre todo, habría que buscarla en la instalación del antiguo arrastrero Bernardo Alfageme en el lugar del Chamorro, ahora un espacioso cruce de caminos en el populoso barrio de Coia.

– ¿Cómo y por que surge la iniciativa vecinal de plantar hacia la instalación del Bernardo Alfageme en la rotonda de Coia?

Muchas de las que participamos en la lucha en la rotonda veníamos trabajando nos últimos años en otros espacios: Oficina de Derechos Sociales de Coia y parroquia del Cristo de la Vitoria; a nivel estatal en la coordinación Baladre. En esos espacios veníamos luchando por el derecho a vivir dignamente para todas. En Coia, como en tantos espacios de las periferias, el desempleo, la precariedad… en definitiva, la insuficiencia de recursos para vivir con unos mínimos era (y sigue a ser) demasiado habitual. Por eso algunas decidimos organizarnos y buscar respuestas colectivas en esos espacios. Que no eran más que nuevas expresiones de luchas que en Coia se vinieron haciendo desde el nacimiento del barrio.

Durante meses muchas vecinas no encontrábamos respuestas en las dependencias de los servicios sociales, de la Xunta y del Ayuntamiento. A pesar de que Vigo, en palabras del alcalde, tiene la mejor política social y realidad que sufríamos era que las profesionales nos decían: “no hay dinero”, “no cumples requisitos”, “tienes que esperar 8 o 9 meses por la RISGA”… En el mejor de los casos conseguíamos migajas a cambio de control y de aceptar respuestas individuales que lejos de mejorar nuestras vidas nos afondaban más en la miseria o precariedad.

Y en estas, en julio de 2014 el Faro de Vigo anuncia que en la rotonda de Castelao el ayuntamiento quiere gastar cientos de miles de euros en clavar el Bernardo Alfageme. Lo comentamos en una asamblea de la ODS-Coia y decimos que cómo lo hagan tendremos que evitarlo. Y así en noviembre de 2014 comienzan las obras en la rotonda. Varias personas de esos ambientes hablamos y el día 3 de diciembre se celebra una asamblea en los locales de la parroquia en la que aparece muchísima gente (y muy diversa) y al día siguiente entramos en la rotonda y paramos los trabajos.

– Una idea muy extendida en la actualidad pasa por afirmar que para poner en valor una ciudad el urbanismo debe tender a crear una marca propia. ¿Acontece esto en Vigo? ¿Es el homenaje “A La gente del mar” un adelanto de futuras intervenciones urbanas de carácter más aparentes que reales en Coia?

Vigo está cambiando muy rápido, la “ciudad hermosa” se hace deprisa y corriendo. La ciudad semeja ser un escenario idóneo para los avances del modelo capitalista. En materia de empleo Vigo sufrió en estos años a pérdida de cantidad y también de calidad del empleo. Citroën o Barreras ejemplifican con mucha claridad esta tendencia. En otro lado está el avance de un modelo de ciudad cartón piedra hecha para el consumo en el que las que la afean o no consumen sobran.

Hablando de la actuación municipal en la rotonda. La rotonda tiene muchos elementos de este nuevo tiempo: actuaciones espectaculares, megalómanas y vacías de contenido; opacidad en la contratación de las obras: no sabemos cuanto costaron, opacidad en la asignación de dinero a una constructora que cambió de nombre tras problemas económicos… y pérdida de democracia: actuación que se hace sin contar con nadie y sin responder a las necesidades de la gente.

Estando en la rotonda se acercó una mujer con unas fotos en la mano. Eran imágenes del Bernardo Alfageme. En él habían estado embarcados su marido y otro familiar. Uno de ellos había muerto en ese barco. Entre lágrimas hablaba de las durísimas condiciones de trabajo que habían sufrido los marineros y del dolor que le provocaba tener delante el barco.

– En un momento en que los movimientos sociales de la ciudad están en la práctica desaparecidos, la Asamblea Abierta de Coia aparece como un referente de movilización. ¿A qué crees que se debe?

Mejor que referente, como experiencia. Pienso que tenemos déficit de prácticas concretas y tangibles. Estamos muy acostumbradas a debatir, a darle la “Me gusta” y “retwittear”, pero apenas tenemos espacios en los que pongamos en común desde lo cotidiana: emociones, cuerpos, propuestas concretas…

Lo chulo de la rotonda pienso que fue esto: vivir esos meses en una rotonda liberada por la gente que se enteró de que juntas y haciendo cosas sencillas al alcance de calqueira, estábamos cuestionando el modelo de ciudad que dejaba al margen a cada días más personas.

También destacamos a todas horas la diversidad de la gente que participamos en esta lucha: jubiladas, jovenes, niñas, cristianos, anarquistas… Fue emocionante mirar en la rotonda a familias completas, vivir como nuestras niñas reclamaban la rotonda como el mejor espacio de juego, tener la foto de Berta con su carrito de la compra rompiendo un cordón policial…

– ¿Como se vive en primera persona lo acoso tanto político cómo represivo a lo que estás sometido?

En mi caso, agradezco poder vivir este proceso de manera tan compartido y estar sostenidos por tantas personas y colectivos.

Complicado fue hacernos cargo de que esto nos estaba pasando a nosotros. Primero fue Xurxo y luego yo. El miedo apareció y modificó nuestra lucha, pero con el tiempo pensamos que ya de estar metidos en el lio podríamos aprovechar para hablar de nuestras ansias y de cómo darles más espacios dentro de la mala vida que se nos ofrece cómo única. Y en esas andamos.

Claro está que esto roba energía y que las veces es complicado, sobre todo por los ritmos de la justicia, pero nunca podemos decir en nuestra casa que habían faltado apoyos para seguir con lo que resta.

– ¿En que situación se encuentran aquellas personas que de una o de otra manera sufrieron algún tipo de violencia (sanciones administrativas, multas, juicios…) por parte de la Policía Municipal?

La represión fue en aumento y de diverso tipo: identificaciones, multas por tocar la bocina o por sacar los coches con megafonía para anunciar las manifestaciones, el juicio a Xurxo es más el que espero.

A mayores de esto padecemos a un grupo, entendemos que minoritario dentro de la policía local, que se dedicó a acosar a compañeros meses después de acabar las movilizaciones.

La dureza de las respuestas que venían desde arriba (del gobierno de Abel Caballero) opusimos el apoyo mutuo y los cuidados. Desde actividades para recaudar dinero con los que pagar las multas a innumerables gestos de apoyo de gente muy próxima y también de muy lejos: Ecuador, Canarias, Catalunya, Euskadi, Andalucía…

– ¿Se dan las condiciones necesarias para el retorno de la protesta social o por el contrario el incremento de medidas securitarias (normativa municipal, ordenanza cívica, ley mordaza…) descartan tal posibilidad?

Sí, claro. A pesar de que el escenario sea hostil el potencial está y nuevas expresiones las habrá.

El reto es seguir creando espacios, prácticas y discursos alternativos que sean quien de mostrar que en medio de la barbarie podemos crear vida con el afán de hacerla crecer. En un horizonte de colapso todo lo que podamos haber avanzado mejor.

– ¿Tiene la solidaridad una dimensión real más allá de la retórica habitual?

Sí. Nombres como Esther, Mochi, Manolo, Javier, Bea, Juan, María, Leti…y muchos más encarnan, en este caso, la solidaridad.

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