Baladrinas en Brasil. Crónica 5: El derecho a existir. Diversidad de género e identidades sexuales en contextos socioeducativos

El último viernes fue un día intenso en reflexiones y aprendizajes. Nos despertamos temprano para tomar un autobús hasta el barrio de Canela, en el centro de Salvador. Allí, en la sede del Instituto Federal de Bahía, que coordina lo que sería equivalente a los ciclos formativos de nivel superior en el Estado Español, nos encontramos con Milena Mariz. Amiga y profesional de la psicología social,  una persona comprometida con la defensa de los derechos de lxs menores y con la dinamización cultural de base. Milena trabaja en una institución encargada de desarrollar medidas socioeducativas con menores infractorxs. Fue a través de ella que nos llegó la invitación a asistir a una jornada de formación sobre diversidad de género, identidad y orientación sexual en contextos socioeducativos.

El interés en el tema y el seguimiento al desarrollo del marco jurídico que garantice los derechos de lxs menorxs trans, tema efervescente en el contexto español y galego gracias al trabajo de las familias y las organizaciones LGTBIQ, nos hizo aceptar con entusiasmo la propuesta. También nos motivaba poder compartir con Milena, aunque fuera con el tiempo justo para poder llegar a otro compromiso por la tarde.

Nos interesaba especialmente conocer un poco más la situación del trabajo con menores en situación de extrema vulnerabilidad, ya que la violencia estructural, la acción del crimen organizado y el ensañamiento policial funcionan en estos momentos como un engranaje cruel, machacando la vida, los derechos y las posibilidades de futuro de las crianzas y adolescentes brasileirxs. Desde la década de los noventa se redujo la mortalidad infantil en Brasil pero al mismo tiempo se incrementó de forma alarmante el número de asesinatos de jóvenes. Desde el 2012 los adolescentes tienen más riesgo de muerte por violencia letal que cualquier otra franja de edad.

Si cruzamos la violencia ejercida contra la juventud negra, empobrecida y de barrios periféricos a la que se ceba contra las personas con identidades disidentes (hay que apuntar que Brasil es uno de los países con mayor incidencia de crímenes de odio contra las personas LGTB; el año pasado se contabilizaron 347 asesinatos, 144 de las víctimas eran personas trans) podemos hacernos una idea de la magnitud del problema.

Violencia ejercida de forma intensa en las calles y barrios, también por las instituciones cuando niegan a lxs niñxs y jóvenxs el derecho a la expresión de ser quienes quieran ser y de vivir su deseo y afectividad de forma libre y soberana. La cisheteronormatividad* es el patrón de existencia válida en nuestras sociedades. Esta relación de poder atraviesa todos los espacios sociales, y muy especialmente aquellos en los que los procesos de construcción de identidad, ya de por si complejo en una etapa como la adolescencia, pueden llegar a ser desgarradores.

Pero en la línea de la oleada conservadora neoliberal que está asolando al país, amparada en el gobierno de Michel Temer y su base de apoyo conocida acá como BBB (Biblia, Bala y Bueye, en alusión a los grupos de poder vinculados a las iglesias evangelistas, al sector armamentístico y al agronegocio), las medidas que están siendo discutidas en el parlamento solo aumentarían la represión, el control social y el fundamentalismo más recalcitrante hacia la juventud: reducción de la mayoría de edad penal e incremento de las condenas, programas de cura de la homosexualidad y la prohibición de tratar el género y la sexualidad en el currículo escolar.

En ese escenario, ¿cómo abordar la diversidad de identidad de género e identidad sexual en los contextos socioeducativos, especialmente en los institucionales? ¿Cómo se aborda la presencia de adolescentes trans y las diversas performatividades de género en esos espacios? ¿Las actuaciones de lxs profesionales buscan garantizar y proteger sus derechos? ¿O mantener el orden de género y un status quo heteropatriarcal binario y racista?

La jornada de formación, en la que participaron educadorxs sociales, académicas, representantes políticos y personas de colectivos LGTB+, dejó muchas provocaciones pero también la necesidad de combatir los discursos biomédicos y religiosos en expansión y garantir el derecho a la identidad y la autonomía de lxs menores. Defender la despatologización de las identidades y los derechos sexuales y reproductivos de lxs adolescentes. Pero sobre todo se reiteró el papel de los espacios socioeducativos como un ámbito donde desarrollar una educación para el convivio social desde la afirmación de las especificidades. Y recordó nuestra responsabilidad como educadoras a la hora de desconstruir las narrativas y prácticas de poder.

Con Milena nos citamos para otro día, en el que podamos conversar con más calma sobre la situación de la infancia y adolescencia en Salvador.

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* La sociedad establece como norma la opción heterosexual y que la identidad de género de una persona corresponda con los papeles de género que le fueron atribuidos en el nascimiento, invisibilizando a la gente que tiene otras identidades de género distintas a la cisexual.

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